Todos conocen el estrés, es esa reacción normal a las diversas situaciones o desafíos que se presentan diariamente, se trata de un conjunto de alteraciones que surgen como respuesta a una situación de rendimiento exigente, problemas y conflictos.
Ahora bien, si el estrés se presenta por varias semanas o se repite de forma frecuente, puede afectar considerablemente la salud, por esto es vital aprender a controlarlo.
En primer lugar, es necesario reconocerlo, cada persona lo experimenta de forma distinta, por ejemplo con irritabilidad, problemas para dormir, dolores de cabeza, molestias estomacales, entre otros. Luego, conviene poner en práctica siguientes consejos:
● Reconocer lo que no se puede cambiar, aceptar estas situaciones y no permitir que alteren el bienestar.
● Cambiar la perspectiva, es muy beneficioso asumir una actitud positiva, ver un aprendizaje en cada situación, no lamentarse ni castigarse por ello. También tener consciencia de los pensamientos, buscar los más positivos, pues estos influyen considerablemente en la forma como se percibe y valora todo.
● Pasar tiempo con los seres queridos, conectarse con ellos y crear vínculos afectivos fuertes, es decir, cuidar las relaciones personales, pues estas dan fuerza para superar los problemas.
● Evitar las discusiones y situaciones similares.
● Tener una alimentación saludable, pues es la fuente de energía al cuerpo y la mente. Es importante evitar el consumo de azúcar y apostar por las frutas, verduras, granos integrales, proteínas magras y lácteos.
● Dormir lo suficiente, el descanso permite pensar con más claridad y tener la energía necesaria para buscar soluciones a los problemas.
● Hacer ejercicio, ya que el cerebro libera químicos que provocan un estado de bienestar en general y ayuda a liberar la energía reprimida. Se pueden realizar diferentes actividades, algún deporte o simplemente bailar, trotar y andar en bicicleta, al menos durante media hora diaria.
● Establecer límites en el trabajo, por ejemplo no sobrecargarse de actividades, delegar tareas y buscar apoyo en personas cercanas.
● Drenar las preocupaciones, conversar con un amigo o acudir a un terapeuta.
● Realizar una actividad que se disfrute de forma completamente personal, puede ser un pasatiempo como escuchar música, leer un libro, ver una película, esto levanta el ánimo y genera una sensación saludable.
● Realizar técnicas de relajación, estas reducen el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, tienen que ver con la respiración como la meditación, taichí y yoga.
Se trata de cambiar ciertos comportamientos, adoptar una visión positiva de cada situación y realizar actividades favorecedoras. El estrés es una respuesta normal, pero es vital no permitir que se convierta en un proceso destructivo.