La Constitución chilena establece que el Estado es el encargado de proteger el acceso libre e igualitario de los ciudadanos a los servicios de salud, establece también que cada persona puede elegir el sistema de salud al que desea afiliarse.
Es decir puede optar por el sistema de salud público administrado por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) o por el sistema de salud privado conformado por las Instituciones de Salud Previsional (Isapres), las cuales están facultades por ley para administrar las cotizaciones obligatorias al sistema de salud de los trabajadores dependientes e independientes, que actualmente se ubican en el 7% del sueldo imponible.
Esta regulación adoptada en la década de los ochenta del siglo pasado ha permitido el desarrollo de un sistema de salud eficiente que garantiza una buena cobertura de salud a la población chilena que cuenta con servicio médico en todos los niveles, equipamiento completo, personal de salud especializado y acceso a pruebas, exámenes de laboratorio, imagenología y medicamentos.
El sistema chileno de salud ofrece una gran variedad de ventajas en cualquiera de sus modalidades, entre las que destacan:
Alto nivel de desarrollo
Actualmente el sistema chileno de salud (ver acá) es considerado como uno de los más completos y modernos de América Latina, muchas veces se le toma como ejemplo a nivel global por la integración que se ha logrado entre el sistema de salud público y el privado.
En Chile se cuenta además con una amplia red de servicios asociados al sistema de salud y de proveedores que cubren las necesidades de las instituciones públicas y privadas, por lo que se cuenta con los insumos y equipos necesarios, así como con los más novedosos avances tecnológicos.
El sistema de salud chileno es abierto, se brinda atención a los ciudadanos chilenos y a los extranjeros que residen en el país, que cuentan con la atención médica que se ha posicionado entre las mejores de Sudamérica.
Derecho a elegir
Una de las principales ventajas del sistema chileno de salud es que los ciudadanos tienen derecho a elegir el sistema de salud que desean. La salud pública está administrada por el Fonasa que cuenta con los fondos necesarios a través del gobierno, que tiene un presupuesto destinado para el sector salud.
La salud privada es administrada por las Isapres, que están facultadas para captar el aporte del 7% del sueldo imponible de los trabajadores que se afilian a este sistema, garantizan una atención más eficiente y de mejor calidad a través de una gran variedad de planes salud, que brindan cobertura a los afiliados y su carga familiar
Sin embargo, esto no significa que el sistema hospitalario público de Chile sea deficiente, por el contrario significa que en este país hay dos sistemas de salud que son eficientes y que cada persona puede optar por el que prefiera.
Prueba de ello, es que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) Chile cuenta con el mejor sistema de atención médica de Sudamérica, tanto a nivel público como privado. Por supuesto, no es un sistema perfecto, pero si un sistema diseñado para ofrecer un servicio digno y eficiente a los ciudadanos.