Todo abogado debe comportarse de una forma digna e incorruptible dentro del ejercicio de su profesión. Desde el momento en que un abogado acepta un caso, la situación de conflicto de su cliente pasa también a ser su conflicto, a partir de ese momento es de su responsabilidad abocarse a él, investigarlo, tramitarlo, solucionarlo, y dar la mejor solución posible, ya que esa gestión es parte de su responsabilidad.
La responsabilidad social de los abogados depende completamente de la manera en cómo el profesional del derecho de comporta dentro del ejercicio de su profesión donde siempre debe prevalecer la ética, justicia y equidad.
El abogado debe hacer uso de todos los medios legales disponibles para obtener de esta forma el resultado más justo para la situación planteada por el cliente, actuando conforme a la legislación vigente.
Cualquier actuación procesal realizada por el profesional del derecho debe basarse en un pormenorizado estudio preliminar, así como: estudio los antecedentes y circunstancias del caso, verificar y determinar cuál acción es la más adecuada, interponer en plazo legal indicado la demanda, introducir las pruebas procedentes, en conclusión, introducir la demanda, sustentarla y defenderla bien, hasta obtener una sentencia firme definitiva.
Responsabilidad frente a los clientes
● El abogado debe tener un conocimiento amplio y suficiente, del caso del cliente, antes de poder realizar una acción sobre el mismo, su obligación es darle información veraz sobre el caso en concreto y los posibles resultados que va a tener ese litigio, para que el cliente pueda tener una perspectiva o visión más clara de lo que puede suceder y así saber qué decisión tomar.
● En el caso que el litigio permita un arreglo entre partes, el abogado tiene el deber de informar y aconsejar al cliente sobre dicha situación, para determinar cuál sería la mejor decisión posible a tomar.
● La puntualidad del abogado es una de las responsabilidades más importantes inherentes a su profesión, sus actuaciones deben ser puntuales y hacerse las diligencias dentro de los plazos procesales establecidos en la ley.
● El abogado debe recibir una remuneración razonable, esta debe ser justa.
● No podemos olvidar el secreto de confidencialidad del abogado, el cual debe continuar incluso después que termine la prestación a su cliente, este servicio también es extensivo a los empleados que tenga el abogado.
● Los abogados después de iniciado el caso no debe renunciar a su mandato, a menos que existan causas justificadas que lo amerite, como, por ejemplo; razones de honor, inmoralidad, la incompetencia o la presencia de conflicto de intereses que impidan seguir con el caso.
● El abogado está obligado a prestar sus servicios profesionales de la manera más competente y con la prontitud necesaria de las circunstancias del caso. En dicha competencia está incluido el claro conocimiento de la ley y la jurisprudencia a aplicar a dicho caso.
En conclusión, las acciones y omisiones hechas de forma imprudente o aquellas de forma claramente negligentes denotan una mala práctica.
Lo que siempre hay que tener como premisa salvo prueba en contrario, es que el abogado actúa bajo principios de honradez, lealtad y justicia