Todas las empresas o marcas tienen diversos propósitos, pero todas coinciden en la meta principal de lograr mantenerse en una posición estable y alcanzar el desarrollo y progreso, esto tiene que ver con la captación de clientes, el logro de ventas, la obtención de ingresos y la adaptación a los diversos escenarios y cambios que vayan surgiendo.
Pero lograr dicha meta principal no es labor sencilla, de hecho, ejecutar cada una de las tareas necesarias para ello tiene su propio nivel de dificultad. Al respecto, se hace vital contar con herramientas que faciliten el trabajo y permitan llevar a cabo cada acción de la mejor forma posible con estupendos resultados, para ello el marketing de contenidos es la solución.
Definición del marketing de contenidos *información acá
Este es un tipo de marketing digital, es decir el conjunto de estrategias para la comercialización en internet y redes sociales. Pero de manera específica, el marketing de contenidos se centra en el desarrollo y su posterior distribución de contenido de calidad.
Esta calidad hace referencia a información original, que llame la atención y pueda responder de manera efectiva a cualquier tipo de interrogante que los potenciales clientes puedan tener, es decir que les sea de utilidad, se trata de contenido de valor. De esta manera no se busca pedir al cliente que realice la compra, sino se trata de ofrecerle algo importante.
Cuando el cliente recibe este contenido que les beneficioso, comienza a interesarse por la empresa o marca, seguidamente deposita su confianza en ella, empieza a verla como una referencia dentro de su sector y por último realiza la compra y se convierte también en un cliente fiel. Todo se trata de brindar valor antes de pedir algo a los potenciales clientes.
¿Cómo se lleva a cabo el marketing de contenidos?
Para apostar por este tipo de marketing digital se deben seguir ciertos pasos, pues es un proceso que requiere de orden, es preciso consolidar una etapa para poder pasar a la siguiente, este proceso consiste en:
1. Identificar cuál es el tipo de cliente al que se dirige producto o servicio.
2. Una vez se haya identificado es momento de investigar sobre este público específico para conocer sus intereses y necesidades.
3. Con la información obtenida es posible desarrollar el contenido, para que este pueda responder a las necesidades identificadas.
4. Seguidamente, se lleva a cabo su publicación o divulgación y para ello es fundamental cuidar la forma de publicación, es decir utilizar varios formatos como textos, infografías, plantillas, imágenes, videos, podcasts, e-books, whitepaper, newsletter, entre otros, resulta muy beneficioso publicarlo de manera novedosa.
También se deben elegir de forma inteligente los canales o medios de distribución, no basta solo con publicar el contenido en la web oficial de la empresa, es clave utilizar al mismo tiempo otras alternativas como redes sociales, Youtube, foros, blogs, entre otros. También conviene los medios en los que se pueda interactuar con los clientes al respecto, pues en ese contacto se puede obtener información para mejorar aún más el contenido y los productos.