Por 13,7 millones de dólares de comisión el empresario español Álvaro Hernández, propietario de la empresa de aviación COSMO, aceptó actuar como testaferro del empresario naviero rioplatense Juan Carlos López Mena y comprar siete aviones. No se trataba, sin embargo, de un negocio como tantos sino que era una parte de la misteriosa trama entre López Mena y el gobierno del Uruguay.
Los siete aviones Bombardier CRJ900 con muy pocas horas de vuelo conformaban la flota de PLUNA SA, empresa de bandera uruguaya declarada en quiebra judicial luego de años de funcionar bajo un régimen de economía mixta. Todo hace suponer, según operadores políticos y jurídicos consultados, que López Mena, dueño de BUQUEBUS, que tiene casi el monopolio del transporte entre Argentina y Uruguay, quería quedarse con los aviones y para ello montó una operación con los españoles pero con conocimiento de ministros y hasta del mismo presidente José Mujica.
La idea de López Mena habría sido alquilar los aviones a COSMO o comprárselos con un crédito del gobierno blando del gobierno uruguayo, haciéndose de los aviones pero sin tener que cargar con los costos del personal cesante de la empresa. Pero la maniobra quedó al descubierto gracias a la insistencia del senador del Partido Nacional Carlos Moreira que durante años reunió información para demostrar las irregularidades cometidas por las dos administraciones frenteamplistas.
El senador Gustavo Penades (ver aqui), quien es colega del senador Moreira, afirmó que Uruguay le debe agradecimiento – a Moreira- por haber su perseverancia puesto al descubierto una trama policiaca cuyo final está lejos de conocerse.